A lo largo de la historia de la humanidad encontraremos actos a los que podemos calificar de genocidio. Se llama genocidio al aniquilamiento total o parcial de grupos humanos. La trágica experiencia de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con el aniquilamiento de millones de seres humanos, basado en el odio racial y religioso, significó un punto de inflexión en la conciencia universal en la búsqueda de la paz y la convivencia. Dentro de este marco la Organización de las Naciones Unidas, a través de la Asamblea General, ha procedido a condenar todo acto de genocidio y a exhortar a todas las naciones a tomar medidas efectivas para evitarlo.
Es así que, en el año 1948, la Asamblea General de la ONU adoptó la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio, que fue incorporada a las leyes argentinas mediante el Decreto ley 6286/56.
La Convención establece que el genocidio, cometido en tiempo de paz o en tiempo de guerra, constituye un delito de derecho internacional, por lo que los Estados se comprometen a prevenirlo y a sancionarlo.
Enumera una serie de actos considerados genocidio si son realizados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso:
La matanza de miembros del grupo.
La lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
El sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que acarreen su destrucción física, total o parcial.
La adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
El traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Los Estados deberán establecer las leyes correspondientes con sanciones penales eficaces para que las disposiciones de la Convención sean cumplidas. Todos los que cometan algún acto que pueda ser calificado de genocidio serán juzgados por un tribunal del Estado en cuyo territorio el acto fue cometido, o ante la Corte Penal Internacional.
No serán considerados políticos el genocidio o los actos enumerados anteriormente cuando deba procederse a la extradición de sus autores; en esos casos los Estados se comprometen a conceder su extradición de acuerdo con sus leyes y los tratados vigentes.
ACTIVIDADES
El encuentro con personas que no son de nuestro grupo social de pertenencia puede provocarnos y desatar conductas diversas. En principio, estas personas nos parecen extrañas y al no comprender el sentido de sus diferentes comportamientos culturales (cómo se visten, cómo se relacionan entre ellos, cómo hablan, etc.) los subestimamos, o incluso creemos muchas veces que nuestros comportamientos son los únicos posibles, valiosos o verdaderamente "civilizados".
1) Leé la historia de Lira.
Lira, un sobrenombre como el que tienen todos los gitanos, vive con su familia en la provincia de Buenos Aires. En el barrio, de casas y edificios bajos, la mayoría de los vecinos son gitanos. A Lira le molesta que su mamá le haga las tradicionales trenzas, porque le tira el pelo. Pero igual, a ella le gusta ser gitana.
Tiene 12 años y usa polleras largas de distintos colores. En su casa viven doce personas: ella, sus abuelos, sus papás, sus cuatro hermanos, su cuñada y sus dos sobrinos. Su pieza tiene una cortina en lugar de puerta. Entre ellos hablan el romaní. En la escuela, los compañeros se burlan de su forma de
vestir y una vez hasta le robaron la cartuchera. Sus padres estuvieron a punto de dejar de mandarla, pensando que estaría más segura entre los suyos. Juega y dibuja sobre una gran alfombra de colores. Lira dice que lo bueno de ser gitano es vivir todos juntos, porque nunca está sola y siempre tiene con quién jugar. A diferencia de lo que pasa con otra gente, los gitanos se pelean y a la media hora están juntos de nuevo. Lira quiere ser vendedora ambulante como su mamá.
Adaptación a partir de diversos testimonios extraídos de:
Inés Tenewicki y Yanina Kinigsberg, Chicos gitanos,
Colección Iguales y diferentes, Buenos Aires, AZ Editora, 1998.
2) ¿Podrían considerar a Lira o a algún chico gitano como un "semejante"? ¿Por qué?
3) Luego leer la historia completá las siguientes frases:
• Mi vida se parece a la de Lira en ................................... .
• Mi vida se diferencia de la de Lira en ............... .
• De su vida me gusta ............ y quisiera conocer más sobre ......... .
• De su vida no me gusta ........... .
• La manera en que vive Lira me parece ...................... .
4) Imaginá (o recordá, si tuviste la oportunidad de vivirla) alguna situación de encuentro con un chico cuyas costumbres provienen de otra cultura, por ejemplo:
·un vecino nuevo que llega a tu barrio;
·un compañero que se incorpora al grado;
·alguien que conocés durante un viaje.
5) Una vez que te imagines o recuerdes la situación, respondé las siguientes preguntas:
a) Durante el encuentro: ¿qué sentiste?, ¿de qué hablaste?, ¿qué pensabas mientras tenías ese primer acercamiento?
b) Imaginá cómo sería la historia si fuese contada por el otro chico o chica y escribila.
- Propuestas para el aula. Material para docentes es una colección producida por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, Secretaría de Educación de la República Argentina.
0 Escribe aqui tu comentario:
Publicar un comentario