Los objetivos de esta técnica son: desarrollar la creatividad, educar las emociones, estimular la sabiduría, expandir la capacidad de encontrar soluciones en situaciones de estrés y enriquecer la socialización.
El mundo es demasiado serio y frío. Cada día, en las noticias vemos crímenes, tragedias, muerte y desventuras. Esta avalancha de malas noticias se archiva en el mercado de la memoria, creando cadenas de pensamientos que hacen que veamos la vida triste, con ansia y sin entusiasmo.
Debemos vivir con mayor suavidad. Aprender a reírnos de nuestras tonterías, comportamientos absurdos, caprichos y miedos. Necesitamos contar cuentos. Los padres deben enseñar a sus hijos creando historias. Los maestros deben contar historias para enseñar su materia con el condimento de la alegría y, a veces, de las lágrimas.
Para contar historias es necesario usar una voz teatral, y cambiar el tono durante la exposición. Usted debe hacer gestos y mostrar reacciones capaces de expresar lo que la información lógica no puede decir. Muchos padres y maestros están dotados de una gran cultura académica, pero son limitados, rígidos y formales. No se soportan ni a sí mismos.
¿Hay gente que no es capaz de contar historias? No lo creo. Dentro de cada ser humano, incluso del más formal, hay un payaso que quiere respirar, jugar y relajarse.
Revívalo. Sorprenda a los niños. Nuestros niños necesitan una educación seria, pero también agradable. Sonría, abrace a los niños y cuénteles un cuento.
Gritar desde el corazón, contando historias suaves
Los “cuentos” pueden recapturar las “historias”. La ficción puede recapturar la realidad.¿Cómo es eso? Un maestro de historia no debería hablar de esclavitud sin tratar el periodo histórico. La información escueta sobre la esclavitud no nos educa ni nos conmueve, ni nos hace conscientes ni provoca el rechazo de los crímenes cometidos por nuestra especie. Al hablar acerca de la gente de color, un maestro de historia debería crear historias para hacer que los estudiantes entiendan la desesperación, los pensamientos y la angustia que sintieron estos seres humanos al ser esclavizados por miembros de su misma especie. Nada es mejor que narrar una historia real o una que induzca a los alumnos a imaginar el drama de la esclavitud.
Sin esta inmersión interna, la esclavitud no generará un sólido impacto emocional. No provocará una rebelión decisiva contra la discriminación. La muerte de millones de judíos, gitanos y otras minorías no generará emociones, ni creará vacunas intelectuales. Se crearán otros “Hitler”. Hablar acerca del conocimiento sin humanizarlo, sin transmitir la emoción de la historia, perpetúa nuestras miserias y no las cura.
Contar historias también es psicoterapéutico. ¿Sabe usted cuál es la mejor forma de resolver conflictos en el salón de clases? No es atacando, gritando o regañando. Estos métodos se han usado desde la edad de piedra y no funcionan.
Es contar historias, lo cual seduce los pensamientos y estimula el análisis.
La próxima vez que su alumno o su hijo lo ataque, indúzcalo a pensar. Grite cortésmente desde su interior, grite suavemente contándole un cuento. Los jóvenes podrán olvidar sus críticas y reglas, pero no olvidarán sus historias.
Fuente:
- Dr. Augusto Cury, Padres brillantes, Profesores fascinantes
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este material esmuy bueno gracias x crear este blog
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